Colchicina: un fármaco oral que puede evitar al paciente covid ingresar en el hospital



Un estudio internacional, con participación española, aúpa al antinflamatorio colchicina, un fármaco oral usado para la gota, a las primeras opciones terapéuticas contra la covid

Administrar colchicina a pacientes diagnosticados con covid-19 que aún no han ingresado en el hospital reduce en un 21% el riesgo de muerte y de hospitalizaciones en comparación con el placebo, según un ensayo clínico dirigido desde el Instituto del Corazón de Montreal (MHI).

El antinflamatorio colchicina, un medicamento barato empleado en la gota y otras enfermedades reumáticas, podría convertirse, de confirmarse los resultados de este estudio, en un tratamiento de primera línea para los pacientes diagnosticados por la infección con riesgo de desarrollar complicaciones. De esta forma, contribuiría a disminuir el número de ingresos y aliviar así los problemas de saturación hospitalaria.

El estudio Colcorona analizó el efecto del fármaco antigotoso en 4.488 pacientes. De ellos, 4.159 tenían un diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2 confirmada por RT-PCR. Los autores del ensayo comunican que los resultados son “clínicamente convincentes de la eficacia de la colchicina para tratar la covid-19”. El hallazgo se ha difundido en un comunicado lanzado por el instituto canadiense, pero los datos en detalle del estudio probablemente se publicarán pronto en una revista médica de alto impacto.

“Nuestra investigación muestra la eficacia del tratamiento con colchicina para prevenir el fenómeno de la tormenta de citocinas y reducir las complicaciones asociadas con covid-19”, afirma Jean-Claude Tardif, director del Centro de Investigación del MHI e investigador principal del ensayo.

Para estos científicos, la colchicina se convierte así en “el primer fármaco oral que podría usarse para tratar a pacientes no hospitalizados con covid-19”.

En el estudio participaron varios centros de Canadá, Estados Unidos, América del Sur, Sudáfrica y España. En nuestro país, el ensayo se coordinó desde el Instituto de Investigación del Hospital Universitario La Paz (IDIPAZ) con la participación además de La Paz, de los hospitales Ramón y Cajal, Puerta de Hierro, La Princesa, la Fundación Jimenez Díaz y el 12 de Octubre, todos de Madrid, que aportaron al estudio unos 250 enfermos.

Uno de los investigadores de este estudio internacional, el profesor José Luis López-Sendón, del IDIPAZ, valora a este medio que el ensayo “muestra un beneficio para el enfermo positivo para covid, pero que no está tan grave como para ingresar en el hospital. El fármaco es muy barato y se usa desde hace 200 años en la enfermedad reumatológica, características que lo hacen extensible a todos los países del mundo. Además, apenas tiene efectos secundarios, pues se administra en una dosis baja en una pastilla diaria durante 30 días”.


Los autores comunican que de los 4.159 pacientes con diagnóstico confirmado, la colchicina se asoció a reducciones en el riesgo de muerte y hospitalización en comparación con placebo: un 44% las muertes, un 50% la necesidad de ventilación mecánica y un 25% los ingresos hospitalarios.

López-Sendón matiza que para obtener la nueva indicación del fármaco, hay que contar con las pertinentes autorizaciones de los organismos reguladores, incluidos los de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y de la Agencia Española del Medicamento (AEMPS). “Imagino que estas agencias le darán carácter urgente, pues, como se está viendo con las vacunas, están trabajando con una rapidez y flexibilidad acorde a las circunstancias”.

El cardiólogo reconoce que el estudio se ha llevado a cabo “gracias al entusiasmo y la voluntad de los investigadores”, a prueba de las excepcionales dificultades de la primera ola pandémica, cuando se realizó el diseño del ensayo. Destaca, además, que para ponerlo en marcha, en pleno confinamiento en España, “todos los requisitos burocráticos se obtuvieron con gran agilidad, en cuestión de quince días, cuando lo normal para un estudio así son unos cuatro meses”.

El trabajo contó con la financiación de la Universidad de Montreal, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos y la Fundación Bill y Melinda Gates.

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