Muere un técnico de una farmacia de Granada por coronavirus



51 profesionales de las farmacias andaluzas están ingresados o guardando cuarentena por coronavirus, 32 farmacias andaluzas tienen algún trabajador afectado y tres se han visto obligadas a cerrar. Estos son los datos actualizados relativos a Andalucía del registro de afectados por el Covid-19 que el Consejo General de Colegios Farmacéuticos puso en marcha para conocer la incidencia sobre los farmacéuticos de la pandemia. Asimismo, en los últimos días se ha producido también el primer fallecimiento de un profesional de la farmacia en Andalucía. Se trata concretamente de un técnico de oficina de farmacia de la provincia de Granada.

Los farmacéuticos forman parte del colectivo de trabajadores esenciales que tienen que seguir levantando cada día la persiana. En primera línea frente al coronavirus, ya se contabilizan catorce casos de positivos en Covid-19 entre farmacéuticos y auxiliares en siete farmacias de la provincia, lo que en esta crónica negra de los primeros días se une a los tres atracos registrados en Granada desde que se decretó el estado de alarma.

Así, pues, en el plazo de solo una semana ha aumentado en un 76% el número de profesionales infectados en las farmacias andaluzas, mientras que se ha incrementado en un 68% el número de farmacias con algún profesional infectado. La buena noticia es que siguen siendo solo tres las farmacias cerradas provisionalmente a causa del impacto de Covid-19.

Se trata, en todo caso, según el presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos (CACOF), Antonio Mingorance, unos datos preocupantes y que evidencian la necesidad de medidas de protección para los farmacéuticos.

“Las medidas de protección del Gobierno siguen sin llegar, y ya son 9 los profesionales de farmacia fallecidos en toda España”, advierte Antonio Mingorance, que pide además que se convierta a los farmacéuticos en población prioritaria para la realización de tests de diagnóstico del Covid-19. “Estamos en primera línea y la protección, además de para nosotros, es también para los pacientes”, explica.

Mingorance se muestra además preocupado porque un incremento en el cierre de farmacias, especialmente en el entorno rural, donde a veces es el farmacéutico el único profesional sanitario que queda, podría dejar en una situación complicada a usuarios y pacientes.

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