El ‘Punto Sigre’, clave para luchar contra la propagación de bacterias resistentes



El abuso y el mal uso de los antibióticos favorece el desarrollo y la propagación de microorganismos resistentes.

Un uso correcto de los antibióticos es la mejor manera de frenar las resistencias a los productos antimicrobianos, que actualmente suponen un problema de salud pública a nivel mundial al reducir y amenazar la capacidad de tratar enfermedades infecciosas. Se detectan en las aguas y los suelos procedentes de tratamientos para humanos y animales e influyen en el desarrollo y propagación de bacterias resistentes (ver infografía).

En Europa, donde solo el 40% de los europeos sabe que los antibióticos son ineficaces contra los virus, las resistencias a estos fármacos causaron 33.000 muertes en 2015, una cifra 30 veces superior al número de fallecidos en accidentes de tráfico. Además, se estima que un 15% de las infecciones ya son resistentes a los antibióticos y que su tratamiento supone un coste de 1.500 millones de euros anuales.

Una prioridad para Europa

Para luchar contra la aparición y propagación de infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos, la Unión Europea ha desarrollado un Plan de Acción sobre Resistencias a los Antibióticos, que, además, tiene como objetivo incrementar la investigación y la disponibilidad de nuevos antibióticos, así como estudiar más sobre el impacto medioambiental de los residuos y desarrollar tecnologías que permitan una mejor degradación de los antimicrobianos en las plantas de tratamiento de aguas residuales y en el medio ambiente. Este nuevo Plan de acción europeo, Una sola salud, quiere dar respuesta a los compromisos asumidos en el marco G7/G20 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación con este problema y contempla la interconexión entre la salud humana, la animal y el medio ambiente, de manera que integra actuaciones coordinadas en estas tres áreas.

Combatir este problema también es una prioridad para España con su II Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN 2019-2021) de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Uno de los objetivos de este segundo PRAN, que da continuidad al primero, es profundizar en el conocimiento del papel del medio ambiente en la producción y transferencia de resistencias. Además, este II PRAN pide a los pacientes y cuidadores de niños y ancianos que solo tomen antibióticos cuando los recete el médico, que sigan siempre sus recomendaciones sobre cuándo y cómo usarlos, que completen el tratamiento prescrito y que, si sobran, no los guarden ni compartan, debiendo desecharlos en los Puntos Sigre de las farmacias.

Si no se toman medidas urgentes, se estima que en 35 años la resistencia podría desbancar al cáncer como primera causa de muerte

Hay que tener en cuenta que el problema en España no es baladí: al año mueren 3.000 personas debido a infecciones causadas por microorganismos resistentes. Ante estos datos, los expertos en salud pública vaticinan que, de no tomarse medidas de carácter urgente, en 35 años este problema podría desbancar al cáncer como primera causa de muerte.

Ante este panorama, el Punto Sigre es parte de la solución para reducir el impacto de los antibióticos en el entorno. La entidad, junto con instituciones sanitarias y medioambientales, lleva años trabajando para fomentar el uso racional de estos fármacos y promoviendo que los antibióticos sobrantes no se almacenen en los botiquines domésticos ni se tiren por el desagüe o a la basura, sino que se depositen en el Punto Sigre de la farmacia para lograr su correcta eliminación.

En Europa mueren al año alrededor de 33.000 personas debido a bacterias resistentes

El Consejo de COF y Sigre defienden la importancia de una educación sanitaria dirigida a la población y también a los profesionales farmacéuticos sobre el uso correcto y racional de los antibióticos, para que los pacientes completen los tratamientos y solo los tomen en los casos necesarios. “Cualquier antibiótico que demos a una persona o a un animal va a acabar llegando al medio ambiente, a través de las excreciones (orina, heces). Igualmente ocurre en caso de una eliminación inadecuada del medicamento. Dicho antibiótico es capaz de entrar en contacto con aguas, con vegetales o con los seres vivos, introduciéndose en la cadena alimentaria. De esta manera, el fármaco presente en el medio ambiente puede contribuir al desarrollo de resistencias”, explica Iván Espada, farmacéutico de los Servicios Técnicos del Consejo General de COF.

Concienciar para evitar resistencias

La Organización Farmacéutica Colegial desarrolla desde hace tiempo diferentes acciones informativas dirigidas a la población para concienciar sobre la necesidad de hacer un uso racional de los antibióticos, de forma que se reduzca el riesgo de selección y diseminación de bacterias resistentes. “El Consejo General de COF forma parte del grupo de coordinación del Plan Nacional de Resistencias a los Antibióticos (PRAN), iniciado en 2014, y en el que colabora con la Aemps, el Ministerio de Sanidad, el Ministerio de Agricultura y alrededor de otros 200 expertos de más de 60 instituciones. El objetivo de dicho plan es establecer medidas que consigan reducir el riesgo de aparición de bacterias resistentes”, explica a CF Iván Espada, farmacéutico de los Servicios Técnicos del Consejo General de COF.

En su opinión, la lucha contra las resistencias a los antibióticos es y debe ser una tarea multidisciplinar. “Deben participar no solo los farmacéuticos, sino también otros profesionales sanitarios, como médicos, dentistas o veterinarios, así como los propios pacientes, dueños de mascotas y ganaderos”, señala el experto.

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