La difícil tarea de incluir vitamina C en un cosmético



Es uno de los antioxidantes más potentes que existen, pero que sea un ingrediente fotosensible e hidrófilo complica la formulación de la vitamina C en los cosméticos. Además, es un error pensar que no se puedan usar en verano.

“En todo tratamiento del cuidado de la piel hay que usar vitamina C”. Así de rotunda es la farmacéutica Inmaculada Canterla, especialista en dermocosmética y directora de Cosmeceutical Center. Y esta opinión es unánimemente compartida por todos los expertos en el cuidado de la piel. Y es que se trata de uno de los antioxidantes más potentes que existen. “Es una vitamina que no puede faltar en un buen régimen antiaging, puesto que es antioxidante, actúa como inhibidor de la melanina (antimanchas), es un inactivador de la tirosinasa, es antiinflamatoria, estimula la producción de colágeno e inhibe las MMP (metaproteinasas de matriz, que degradan el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico)”, afirma Canterla.

Carme Chorto, farmacéutica y asesora científica de Eucerin, destaca el papel que tiene esta vitamina en la síntesis de colágeno y frente a la acción de los radicales libres, “lo que se traduce en una mejora de la luminosidad de la piel, a lo que hay que unir su acción despigmentante”.

Ahora bien, la portavoz de Eucerín reconoce que es extremadamente complicado formular productos que contengan vitamina C en estado puro, ya que es fotosensible, es decir, que en contacto con la luz y el oxígeno se oxida y se vuelve inactiva. “Por tanto, –continúa– debe estar contenida siempre en envases opacos y que tengan limitada la exposición al aire. Lo ideal son los productos diseñados para prepararse en el momento de empezar a usarse, como ampollas, sérum o monodosis, ya que ésta es la manera de garantizar su estabilidad y evitar su degradación”.

Errores infundados sobre la fotosensibilidad

Sobre la fotosensibilidad, Canterla comenta que en torno a la vitamina C hay varias creencias populares que dan lugar a errores y malos hábitos infundados. “Uno de ellos es que no se puede usar en verano, algo totalmente falso. De hecho, esta vitamina es una coenzima esencial para la síntesis de colágeno y para el transporte de las moléculas de colágeno en la dermis e interrumpe la síntesis de melanina en los melanocitos, lo que reduce la pigmentación. Además, los rayos UV destruyen la vitamina C presente en nuestra piel de forma natural y oxidan las células, por lo que cuanto más nos expongamos al sol, más vitamina C necesitaremos”.

Otro gran reto de formulación es que la vitamina C resulta extremadamente hidrófila (absorbe agua con facilidad), por lo que su penetración en la piel a través de las cremas no es fácil, ya que el manto lipídico la repele. “Para poder atravesar las capas cutáneas se formula a un pH muy ácido (de aproximadamente tres o inferior), de esta forma se estabiliza, pierde su carga y puede penetrar en su totalidad a través de la piel”, describe Chorto.

La concentración ideal

Una cuestión que siempre surge al hablar de este ingrediente es su hipotético poder irritante cuando se aplica a altas concentraciones. En este sentido, hay que aclarar que existen muchas formas de vitamina C y también que una cosa es la concentración a la que se incorpora a las cremas y demás productos cosméticos y otra la que se utiliza en las fórmulas magistrales y tratamientos aplicados por los dermatólogos y especialistas en dermocosmética. “La creencia de que la vitamina C a dosis elevadas puede resultar muy irritante no es del todo correcta. Dentro de la vitamina C hay muchas moléculas y muchas combinaciones y depende de qué producto se trate y de la forma en la que se formule. Así, tetrahexildecil ascorbato, fosfato de ascorbil magnesio o glucósido son opciones que no resultan para nada irritantes. Yo, de hecho, en la consulta no trabajo con sueros por debajo del 15% de ácido L-ascórbico, que no irritan. También utilizo sueros con un 20 y hasta un 30% de vitamina C. Tan solo hay que jugar con el tipo de molécula y saber exactamente qué se pone y en cuánta cantidad. La clave es adaptar su forma y derivado, según cada persona y su tipo de piel”, explica Canterla.

En cuanto al porcentaje en el que habitualmente se suele encontrar, Chorto señala que “las concentraciones de entre el 5 y el 10 por ciento suelen ser bien toleradas, mientras que las fórmulas de entre 15-20 por ciento pueden resultar muy ácidas y agresivas cuando la vitamina C se encuentra en su forma pura, por lo que la concentración del 10 por ciento sería la idónea, ya que ofrece el equilibrio óptimo entre eficacia y tolerabilidad”.

Respecto a las pautas de utilización, Chorto comenta que las formulaciones con vitamina C pueden aplicarse por la mañana o por la noche, siempre directamente sobre la piel limpia: “Debe ser el primer producto de la rutina tras la limpieza facial, para aprovechar al máximo sus beneficios. Si se incorpora a la rutina de día, lo único que se debe tener en cuenta, si se aplica por la mañana, es combinarla con fotoprotección o con una crema de día que tenga un SPF alto. Si se opta por incorporarla a la rutina de noche, hay que usar fotoprotección a la mañana siguiente”.

La combinación perfecta

En cuanto a las sinergias con otros ingredientes cosméticos, especialmente cuando se trata de los tratamientos de medicina cosmética, Inmaculada Canterla asegura que la terapia combinada es la más exitosa: “Lo primero que hay que hacer es organizar el tratamiento: qué activos se van a emplear, cuándo, en qué dosis y cómo se va a hacer la combinación. Es importante crear una pauta personalizada, porque no todos los activos sirven para todos los casos, todas las épocas del año ni todas las pieles”.

Esta experta recomienda la combinación con vitamina A para las rutinas de belleza de noche: “Esta combinación de C+A es ganadora, ya que sus efectos suman”.

Es un error pensar que los cosméticos con vitamina C no se pueden usar en verano

Y pone más ejemplos de los ingredientes con los que habitualmente se combina la vitamina C, como la unión con el ácido ferúlico en pieles más gruesas o fumadoras; con SOD (superóxido dismutasa) en las pieles más finas y sensibles; con vitamina E, acil-glutation, que neutraliza las especies reactivas de oxígeno (ROS) y también proporciona protección a la membrana de la célula, y con ácido alfa lipoico, resveratrol y vitamina A, un súper oxidante que, además, reduce las manchas de la piel y corrige las huellas de acné.

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