La incubadora gallega de fármacos avanza y puede ser una realidad para los pacientes en uno o dos años



Han superado los marcadores de evaluación en cuanto a eficacia, seguridad y estratificación, reduciendo los costes en más de un 80% y el plazo con respecto al proceso convencional en tres años.

Los tres proyectos impulsados bajo el paraguas de la iniciativa I2D2 (Incubation Innovation in Drug Discovery), más conocida como incubadora gallega de fármacos, pueden llegar a la fase de pruebas de concepto en pacientes en uno o dos años. Han superado los marcadores de evaluación en cuanto a eficacia, seguridad y estratificación, reduciendo los costes en más de un 80% y el plazo con respecto al proceso convencional en tres años.

Así lo ha revelado a CF Mabel Loza, directora científica de la Fundación Kaertor, una de las tres patas de esta iniciativa junto a la Agencia Gallega de Innovación (GAIN) y la compañía farmacéutica Janssen. La incubadora gallega de fármacos se enmarca dentro de un modelo de innovación disruptivo y abierto, basado en la colaboración público-privada, y que tiene por fin acelerar los proyectos de investigación temprana hacia la clínica.

Durante la fase de incubación, que ha durado entre seis meses y un año, un comité de dirección se ha encargado del seguimiento y ahora se inicia la fase de evaluación por parte de Janssen, a quien corresponde, en primer lugar, estudiar su viabilidad industrial. 

Presupuesto

Loza ha presentado los resultados este viernes, destacando las dificultades que existen actualmente para que lleguen fármacos transformacionales que cambien la terapéutica: “Requieren de media entre 12 y 14 años de investigación para un total de más de 1.000 millones de euros de inversión, tiempos y costes que sólo son asumidos en su totalidad por las compañías farmacéuticas en medio de una crisis que ha llevado al cierre de muchas y a la reorganización de prácticamente todas, en una nueva estructura socioeconómica abierta y colaborativa”. El presupuesto que tuvo la incubadora para hacer la convocatoria, la selección, el análisis, el diseño de la hoja de ruta y la incubación fue de 2.100.000 euros.

En este contexto, se está produciendo el fenómeno de concentración en HUB de conocimiento; en Europa, hay ejemplos en Reino Unido y Alemania. Es un modelo que se base en una inversión con más fondos públicos al principio, cuando la propiedad inicial es exclusivamente pública para garantizar retornos a reinvertir en HUB que posibiliten nuevos programas disruptivos, y a medida que los costes se encarecen y los nuevos fármacos avanzan en el proceso de descubrimiento, aumentan los fondos privados porque el riesgo ha disminuido y es asumible.

Pionera

La iniciativa I2D2 fue la primera con esta nueva orientación en España. Hace algo más de un año presentaron los tres proyectos elegidos entre las 157 expresiones de interés de grandes equipos mundiales. A los tres se les aplicó la nueva metodología de incubación en términos de la máxima eficiencia, basada en la toma rápida de decisiones, priorizando los programas que generan garantías de eficacia/seguridad en los pacientes y despriorizando el resto.


Otro requerimiento fue validar marcadores individualizados que permitiesen seleccionar a los pacientes que en su momento participarán en la prueba de concepto. “Es una metodología muy enfocada, simplificada, que se centra en lo que es clave para la eficacia y seguridad”, añade Loza. 

Todos los recursos captados o retornados serán reinvertidos en la incubación de nuevos proyectos. “Se ha estructurado un ecosistema de valor en descubrimiento de fármacos con I2D3 actuando como palanca y punto de reunión en Galicia”, concluye la directora científica.

Alzheimer, demencias en trastornos neurológicos y cáncer hepático

Los tres proyectos que fueron incubados buscan tratamientos para la enfermedad de Alzheimer y otras patologías neurodegenerativas, demencias en trastornos neurológicos y enfermedades hepáticas como el cáncer de hígado.

María Luz Rodríguez, de a UCM, se incorporó al equipo I2D2 con los resultados de un nuevo modulador alostérico de los receptores D1 de la dopamina para el tratamiento del Parkinson y las enfermedades neurodegenerativas. El reto principal para dar el salto de la investigación temprana a una fase preclínica de descubrimiento de fármacos era comprobar que un nuevo compuesto con esta actividad llegaba al sistema nervioso central (SNC) y que era eficaz en modelos de enfermedad. La incubación ha permitido superar estas dos líneas críticas e incorporar un indicador para la estratificación de pacientes que se beneficiarían más para la prueba de concepto.

El segundo programa se seleccionó a partir del trabajo de Guadalupe Sabio, del CNIC, que se fundamenta en la inhibición de la enzima p38γ para el tratamiento de la esteatosis hepática y el cáncer. El desafío para acelerar esta investigación, recientemente publicada en la revista Nature, consistía en obtener compuestos patentables con potencia y selectividad sobre la diana, un objetivo en el que había muchos fracasos y se preveía poco realista. En segundo lugar, había que demostrar su eficacia en modelos in vitro de la enfermedad. Se salvaron ambas barreras y se dispone de un sistema de estratificación de pacientes para prueba de concepto.

El último corresponde a la empresa Quimatryx, cuyo CEO es Laureano Simón, que presentó los resultados de investigación de inhibidores de la enzima HDAC-6 para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. En este caso, había que obtener compuestos patentables con actividad y selectividad en la diana y lograr que llegasen al SNC. Se ha podido conseguir y también se ha identificado un sistema de estratificación de las poblaciones de pacientes para la prueba de concepto.

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