El consumo elevado de fructosa en el embarazo altera la placenta y al feto



Así lo ha puesto de manifiesto un estudio liderado por Carlos Bocos, profesor de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, de Madrid, y que se acaba de publicar en la revista 'Nutrients'.

El consumo elevado de fructosa durante el embarazo provoca importantes alteraciones en la placenta y en el feto. Así lo ha constatado el grupo de investigación liderado por Carlos Bocos, profesor de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, en un estudio que se acaba de publicar en la revista Nutrients.

Dichos cambios provocan lo que se denomina una situación de estrés del retículo endoplásmico (RE), relacionado con diversas enfermedades metabólicas, lo que aumenta el riesgo de que la descendencia presente en su vida adulta dichas enfermedades.

Como explican desde la universidad, para un buen funcionamiento celular existe un sistema de vigilancia que detecta la aparición de proteínas alteradas y/o mal plegadas de manera que, cuando esto ocurre, se pone en marcha una compleja red de señalización que busca mitigar esa situación lo antes posible. Si este proceso no funciona bien, se produce entonces el estrés del RE, que se ha relacionado con enfermedades tales como diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares.

En este estudio se ha investigado si el consumo materno de fructosa provoca una situación de estrés del RE en ratas gestantes y en sus fetos. Para ello, se han utilizado tres grupos de animales gestantes. Uno de ellos bebió una solución que contenía fructosa a lo largo de toda la gestación, y los otros dos bebieron solo agua o bien una solución con glucosa. Los tres grupos se alimentaron por igual con comida estándar para animal de laboratorio.

Así, los investigadores observaron tanto en las madres como en sus fetos, que la ingesta de fructosa provocaba estrés del RE. Y ello era claramente detectado por un aumento en los niveles de XBP1s, una típica proteína del estrés del RE. Dicha proteína tiene que entrar en el núcleo celular para inducir la producción de toda una serie de proteínas que se encarguen de corregir la situación de estrés. Curiosamente, sin embargo, aunque XBP1s estaba aumentada en los animales que habían tomado fructosa, no conseguía entrar eficientemente en el núcleo, por lo que no se podía corregir correctamente el estrés del RE, pudiendo, entonces, llegar a hacerse crónico. La importancia de este hecho es que diversos artículos han mostrado que el estrés del RE durante la gestación puede inducir una programación fetal que dirija a la aparición de diabetes y otras enfermedades metabólicas en la descendencia, una vez adulta.

Presente en muchos alimentos

Los autores recuerdan que la fructosa se utiliza para fabricar el sirope de maíz, que se usa para edulcorar gran variedad de alimentos (comidas procesadas, bollería y repostería industrial, helados, mermeladas, salsas y condimentos) y, sobre todo, bebidas o refrescos azucarados. El consumo excesivo de estos alimentos y, por tanto, de fructosa, se ha relacionado con la aparición de enfermedades como la obesidad y la diabetes. Por otro lado, se sabe que lo que suceda durante la gestación repercute en los problemas de salud que la descendencia pueda desarrollar en su vida adulta. De entre estos factores, quizás el más influyente sea la alimentación de la madre. Sin embargo, a pesar de esta evidencia el consumo de bebidas azucaradas con fructosa no está desaconsejado en el embarazo.

Este sitio emplea cookies de Google para prestar sus servicios, para personalizar anuncios y para analizar el tráfico. Google recibe información sobre tu uso de este sitio web. Si utilizas este sitio web, se sobreentiende que aceptas el uso de cookies. Más información