SEFAC lanza una guía que refuerza el papel clave del farmacéutico comunitario en la adherencia



El documento, que cuenta con la colaboración de ESTEVE, se enmarca en el proyecto ‘ADHe+’ y su objetivo es reforzar el papel del farmacéutico en adherencia y ayudarle a detectar pacientes no adherentes durante la dispensación en la farmacia comunitaria.

Con motivo del Día Mundial de la Adherencia, la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC), con la colaboración de ESTEVE, ha editado el documento Dispensación, adherencia y uso adecuado del tratamiento. Es una guía práctica creada dentro del proyecto ADHe+, cuyo objetivo es reforzar el papel clave del farmacéutico comunitario en adherencia y ayudarle a detectar aquellos pacientes que no cumplen el tratamiento durante el proceso de dispensación. Actualmente, se calcula que hasta la mitad de los pacientes con enfermedades crónicas no cumplen adecuadamente el tratamiento prescrito.


El grado de adherencia y la efectividad de los tratamientos están directamente relacionados. Además del impacto en los resultados de salud, la falta de adherencia también supone un coste para el sistema sanitario que en Europa es de 125.000 millones de euros y de 200.000 muertes prematuras al año, asociándose además con una menor calidad y esperanza de vida. Además, también cabe tener en cuenta que el aumento del envejecimiento (España es actualmente el segundo país de la OCDE en esperanza de vida), de las enfermedades crónicas y de los pacientes polimedicados son factores que incrementarán este problema sanitario.


Por ello, la falta de adherencia terapéutica en un problema sanitario de primera magnitud. Los datos son contundentes: en pacientes crónicos la falta de adherencia es del 50% y llega a ser del 75% en enfermedades psiquiátricas, del 70% en pacientes asmáticos y del 50% en pacientes con hipertensión arterial, diabetes o colesterol.


El abordaje de la adherencia debe ser multidisciplinar, con una estrategia conjunta y la participación de todos los actores (paciente, familia, cuidador y profesionales) con el fin de detectar la falta de adherencia y poner en marcha acciones eficaces. Sobre todo de los profesionales sanitarios del primer eslabón, como el farmacéutico comunitario, quien por su posición estratégica y por sus conocimientos del paciente y de los medicamentos es un pilar clave e indispensable en el refuerzo de la prescripción del médico y en el seguimiento del cumplimiento terapéutico del paciente.

El objetivo de Dispensación, adherencia y uso adecuado del tratamiento es dotar al farmacéutico de herramientas útiles e integrables en el trabajo diario de la farmacia que ayuden a detectar aquellos pacientes que no cumplen el tratamiento prescrito y a poder establecer una relación de confianza para conocer los motivos por los que no toma adecuadamente la terapia y poder reconducir esa falta de adherencia.


Rosa Prats, farmacéutica comunitaria que ha coordinado el documento en el que han trabajado varios expertos, señala que "el farmacéutico comunitario es una pieza clave en el abordaje de la adherencia, pues es el último eslabón de la cadena antes de que el paciente reciba el medicamento. Por ello, la guía es una magnífica herramienta que le ofrece la oportunidad, durante el proceso de dispensación, de ayudarle de una forma fácil y rápida a la detección y abordaje de pacientes no adherentes, tanto en la medicación que deciden recoger como en la que no".  


En este sentido, la decisión final sobre qué estrategia seguir debe ser individualizada teniendo en cuenta las circunstancias que rodean a cada paciente y su patología y utilizando medidas sencillas adaptadas a las mismas: técnicas conductuales, educativas, de apoyo social y familiar, dirigidas al profesional sanitario, Administración e industria o combinadas. Además, es crucial implicar al paciente como parte activa en la selección de dicha estrategia, ya que forma parte de su empoderamiento en salud. 


Son múltiples los factores que influyen en la adherencia


La adherencia es un concepto que va más allá de la simple toma de la medicación. Abarca la implicación y el compromiso del paciente con su enfermedad, con su tratamiento y con los profesionales sanitarios que lo rodean, y es un problema complejo en el que intervienen múltiples y diferentes factores a tener en cuenta. Algunos identificados como claves tienen que ver con el propio paciente, como la edad –los mayores tienden a olvidarse y los jóvenes a cuestionar los tratamientos-, la presencia de problemas psicológicos como depresión –en España la adherencia de estos pacientes es sólo del 28%-, o el grado de desconocimiento de la enfermedad, del tratamiento y de cuáles pueden ser las consecuencias en caso de no cumplirlo.


Otros van asociados a la terapia, como el hecho de que ésta sea compleja –existiendo una relación inversa entre el número de dosis prescritas y la adherencia-; la presencia de efectos adversos; la percepción de que el tratamiento no es del todo efectivo; la aceptación y flexibilidad de la terapia; y la duración del tratamiento, la existencia de fracasos previos y los cambios frecuentes de medicación.


También el estado de la enfermedad juega un papel importante. Para aquellos pacientes diagnosticados de una sola patología la adherencia es significativamente superior (54%) comparado con los pacientes con dos o más enfermedades. Los factores relacionados con el personal y el sistema sanitario también deben tenerse en cuenta: la falta de tiempo en la comunicación médico-paciente es un motivo para el abandono del tratamiento y, en el caso de las enfermedades crónicas, es necesario monitorizar periódicamente al paciente para garantizar el éxito del tratamiento. Finalmente, la situación social y familiar del paciente también influye.

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