El blanqueamiento dental: ¿cuál es su efectividad?



El principal motivo por el que un paciente decide realizarse un tratamiento de blanqueamiento dental es por el cambio de tonalidad de los dientes con el paso del tiempo. Según Regina Izquierdo, periodoncista y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Periodoncia (Sepa), "el cambio de color puede estar en relación con la ingesta de alimentos y bebidas que manchan externamente los dientes, como el café, refrescos de cola, vino tinto o el tabaco. Pero incluso en ausencia de éstos, sucede que con el envejecimiento el diente se hace más oscuro debido al amarilleamiento de la dentina, que es la capa interna del diente y la raíz". Además, José María Suárez Quintanilla, médico-estomatólogo, presidente del Colegio de Odontóogos y Estomatólogos de A Coruña (Icoec), añade que el esmalte, dentina y cemento sufren desgaste y eclosoran, degradando sus elementos celulares de manera progresiva.


Pastas de dientes ¿son efectivas para blanquear?

Uno de los métodos que el paciente más utiliza para tener unos dientes más blancos son las pastas dentales, donde ambos especialistas consideran que no son demasiado efectivas, pero su validez depende de la concentración que tenga cada producto blanqueante, destacando la carbamida o el peróxido de hidrógeno, como los activos principales, siempre que tengan una concentración adecuada.


"Es cierto que algunas pastas tienen la capacidad de eliminar las manchas externas provocando que el diente parezca más blanco, pero no siempre pueden modificar el color del diente" afirma Izquierdo. Además, señala que se diferencian de las pastas convencionales en su composición, "ya que éstas contienen activos específicos así como en su abrasividad, la cual, puede resultar perjudicial tanto para la encía como para el diente".


Además, existen otros métodos de higiene bucal para blanquear los dientes, como por ejemplo los enjuagues, pero su eficacia es dudosa, argumenta Izquierdo. "Podría ser un complemento al cepillado, pero no como un único tratamiento" apunta. Asimismo, Suárez opina que "la higiene oral diaria realizada durante al menos dos minutos y tres veces al día garantiza el mantenimiento del color tras un blaqueamiento".


Según un estudio del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información (Ontsi), un 60,5 por ciento de los usuarios de internet utilizan la red para realizar consultas de salud, y uno de cada cinco realiza consultas a través de redes sociales, donde se encuentran diferentes mitos acerca del blanqueamiento dental.


En la web, los mitos más frecuentes son, sobre todo, el blanqueamiento a través de recetas caseras como el uso de bicarbonato de soda o limón y agua que "son agresivos para la boca". Según la periodoncista de Sepa, "el limón, por su ph ácido ataca al esmalte produciendo su erosión o desgaste, dañando irreversiblemente el esmalte y en muchas ocasiones, produciendo hipersensibilidad dentinaria o dolor intenso frente a estímulos como bebidas frías o el cepillado". Por consiguiente, el presidente de Icoec añade que "el bicarbonato ralla el esmalte a nivel superficial provocando la formación de grietas".


"Ningún paciente debe iniciar un tratamiento sin la prescripción de un dentista y sin la oportuna revisión bucal"

Tratamientos recomendados por el dentista


Los dentistas recomiendan el tratamiento para blanqueamiento que se realiza en la clínica dental. "El tratamiento se lleva a cabo con unos gales de alta concentración de peróxido de carbamida que bien se aplican en consulta o en casa, a través de férulas transparentes, que son una especie de funda de plástico que recubre y se ajusta perfectamente a los dientes y que se hacen a medida para cada persona", señala Izquierdo.


El producto debe durar hasta que se consiga el aclarado de dos o tres lavados máximo ya que, aunque se siga aplicando el producto llega un momento en el que no se blanquea más Por consiguiente, Izquierdo opina que los productos que aparecen en televisión relacionados con el blanqueamiento no tienen esta composición y, si la tienen, es baja y por tanto, menos efectiva y en ocasiones lo que contiene es peróxido de hidrógeno, es decir, agua oxigenada. "Lo más importante a resaltar es que estos productos se aplican en unas férulas estandarizadas y por tanto, no están bien adaptadas al cliente. Esto supone que se deben de rellenar con más producto que en clínica y rebosa hacia la encía dañándola".


A pesar de que, según Quintanilla ningún paciente debe iniciar un tratamiento sin la prescripción de un dentista y sin la oportuna revisión bucal, Izquierdo señala que algunos de estos productos se venden en la farmacia. "Aunque desde la farmacia pueden informarte de las características del producto, su composición y aplicación es recomendable que tu dentista confirme que el tratamiento es adecuado para las características de la boca de cada paciente".


Pros y contras del tratamiento


"La ventaja es que es un tratamiento relativamente fácil para mejorar el aspecto de los dientes y por ello de la sonrisa sin producir un daño irreversible en los dientes" señala Izquierdo.


También, es peligroso porque "en un paciente con problemas previos de sensibilidad, desgaste de cuello o problemas periodentales no debe someterse al tratamiento hasta solucionarlos" finaliza Quintanilla.

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