Las reformas chinas vaticinan un aumento del mercado farmacéutico



Cecilia Pastor, socia de Pharma del despacho de abogados, analiza las tendencias que se derivarán de los cambios que está planeando el Gobierno del segundo mercado farmacéutico.

El mercado chino es el segundo por volumen de ventas para la industria farmacéutica por detrás de Estados Unidos (ver cuadro), y sus perspectivas de evolución son buenas para el sector, dados los cambios previstos en el programa de reforma estructural del sistema sanitario del Gobierno de China.

Cecilia Pastor, socia de Pharma de la firma internacional de abogados Baker McKenzie, explica que la reforma pretende reducir el tiempo de aprobación de los medicamentos a casi la mitad, favoreciendo la entrada de las empresas extranjeras en el mercado chino, y recortar el número de intermediarios para la introducción de fármacos de 200 a 15-20, para reducir su influencia en los precios.

En concreto, China ha adoptado un programa de varias décadas para la reforma estructural de su sistema de atención sanitaria. Su decimotercer Plan Quinquenal (2016-20) invita a una mayor participación de la iniciativa privada y extranjera en el sector de la salud. "Muchas empresas nacionales, extrajeras, estatales y privadas ven en ello una oportunidad muy tentadora, aunque también son conscientes de las dificultades que existen para encontrar modelos de negocio viables, ya que, aunque se están flexibilizando las estrictas normas que existían para las firmas comerciales, siguen existiendo obstáculos importantes", explica Pastor. Entre éstos, destaca "la no compatibilidad de los ensayos clínicos, los arduos y largos procesos de homologación y el excesivo peso de los intermediarios para los fármacos y aparatos médicos, que elevan notablemente los precios, si bien los beneficios no se transfieren directamente a las farmacéuticas. No obstante, la mayor preocupación de las empresas es que el Gobierno ya advirtió en 2015 que limitaría el precio de los medicamentos al del país de origen o al de los países colindantes, y en enero de este año reiteró estos comentarios, aunque todavía no se ha implantado ninguna medida de manera oficial".

En el terreno regulatorio, la socia de Pharma de Baker Mackenzie recuerda que "durante años los ensayos clínicos requeridos por la Administración china han obstaculizado a las multinacionales que buscaban vender sus productos en el país. El Gobierno históricamente no ha aceptado los ensayos realizados en otros países y ha obligado a las empresas a repetirlos en su país, retrasando notablemente el lanzamiento de fármacos y otros productos médicos".

Menos impedimentos

Se espera que la nueva reforma reduzca estos impedimentos y favorezca la presencia extranjera en su país, aunque también se pretende con ella regularizar el precio de venta de los medicamentos, reduciendo su margen de beneficios. Aunque previsiblemente "esta medida traerá beneficios a largo plazo, podría desincentivar la entrada de algunas empresas".

En cualquier caso, se trata de un mercado "más atractivo que los tradicionales para el sector, ahora que se enfrenta a una menor productividad de la I+D, a la expiración de patentes de medicamentos superventas, y a una notable presión sobre los costes por la reducción del gasto público por parte de los gobiernos".

Algunos datos ilustran este atractivo del mercado chino. Por ejemplo, el gasto sanitario en China como porcentaje del PIB, ha pasado del 3,5 por ciento en 2009, cuando se inició la reforma, al 6 por ciento actual. Además, las ventas del sector farmacéutico en China pueden pasar de los 115.000 millones de dólares de 2015 a los 315.000 millones de dólares en 2020, según las estimaciones de la consultora Global Data.

En consecuencia, las multinacionales "están aumentando sus inversiones en China, adentrándose en las necesidades sanitarias de su inmensa población, su emergente mercado de producción e I+D y el apoyo del Gobierno a la industria biomédica".

Añade que "las empresas pioneras empezaron a invertir en este mercado hace ya más de una década. Posteriormente, otras multinacionales farmacéuticas se han sumado también al crecimiento del mercado chino, aumentando significativamente su apuesta por él en los últimos 5 años. Desde 2006, 13 de las 20 farmacéuticas más grandes, han creado centros de I+D en China y varias han anunciado importantes inversiones en centros para la fabricación de medicamentos".

Casos concretos

Ejemplos recientes de inversiones del sector son los de la alemana Merck, que ha destinado 188 millones de dólares a la planta de producción de medicamentos de Nantong inaugurada hace un año. También la británica AstraZeneca anunció el pasado mes de julio la ampliación de su planta de producción en Sydney (Australia), en la que invertirá 77 millones de dólares para responder a la demanda creciente de medicamentos para el área de respiratorio en China, afectada por la creciente polución en grandes ciudades y la tasa de fumadores entre la población. Por último, Bayer anunció hace poco más de un año la creación de su segunda mayor planta de fabricación de medicamentos OTC en la región de Asia-Pacífico, ubicada en la localidad de Yunnan, y en la que invertirá un total de 210 millones de dólares hasta 2020.

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