Los pequeños también sufren: consecuencias de la quimioterapia en la piel del niño



Las secuelas de la quimioterapia en la piel no tienen por qué ser diferentes entre niños y adultos. Los problemas que sufre uno, los sufre el otro. La diferencia es que la piel tiene memoria, es decir, las alteraciones que se producen en la infancia se acumulan a las agresiones que se produzcan a lo largo de la vida.

La quimioterapia produce fundamentalmente una dermatitis exfoliativa en el niño. Como explica Marta Lloret, oncóloga de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), "la mayoría de los medicamentos quimioterápicos provocan una proliferación celular cutánea aumentada (la piel se renueva a una velocidad mayor). Esto da lugar a la merma excesiva de fluidos intercelulares, que conlleva a la aparición de xerosis cutánea, con piel descamativa y grietas. Las áreas de la piel del niño sometidas a la radioterapia sufren problemas de atrofia cutánea".

La sequedad deja la piel de los pequeños muy sensible y vulnerable y, "en estas condiciones, el roce puede producir lesiones en la piel. Además, cualquier producto de uso tópico puede producir alergias, sobre todo los que contengan conservantes, colorantes y perfumes", indica Lloret. También enrojecimiento, descamación y heridas, como añade esta información de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) actualizada en agosto de 2015. En ocasiones se produce el efecto contrario, a causa de la descompensación entre la ingesta de líquidos y la expulsión de los mismos, se puede llegar a una hiperhidratación.

MANCHAS CUTÁNEAS

Otro fenómeno frecuente descrito por Lloret es la hiperpigmentación o manchas cutáneas en la piel del niño. "Este problema depende del fármaco, de la dosis y de la radioterapia. Si bien, gracias a las técnicas avanzadas de irradiación no se produce prácticamente este efecto secundario".

"Las manchas pueden producirse por un exceso en la producción de melanina, por lo que en estos casos se debe evitar la exposición solar, o bien usar protectores solares para intentar que las manchas sean menos intensas", explica la experta. También comenta que las manchas pueden deberse a depósitos del fármaco en la piel (también en mucosas, uñas, etc.), que simulan un tatuaje.

En ambos casos, es posible que el propio recambio de la piel elimine estas manchas con el tiempo, recuperando la textura y coloración normal. Sin embargo, en el caso de depósitos del fármaco es más difícil su eliminación y pueden quedar manchas persistentes. En cualquier caso, la AECC advierte de que no se deben usar cremas despigmentantes para tratar el problema. Tampoco cremas con retinol, ácido glicólico, anticelulíticos, drenantes o cualquier sustancia susceptible de producir reacciones en la piel del niño.

CONSEJOS PARA CUIDAR LA PIEL

La asociación recomienda evitar la ropa ajustada, los autobronceadores y la exposición a todo tipo de elementos que conlleven roce, como collares, cadenas, relojes, etc. No conviene realizar masajes en el cuerpo mientras duren los tratamientos médicos, ni poner perfumes o desodorantes sobre las zonas operadas o radiadas.

Sugieren emplear cosméticos lo más suaves y neutros posibles, así como jabones y champús específicos, con escasos detergentes, sin sosa, ni espesantes químicos. Las cremas han de ser suaves e hidratantes y han de carecer de perfume, colorantes y conservantes. Al bañarse, se debe evitar frotar la piel con cepillos o esponjas, y nunca emplear exfoliantes.

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