Los moluscos contagiosos, más precaución en niños con dermatitis atópica



Los moluscos contagiosos son una de las enfermedades de la piel más frecuentes en niños, una cifra que se incrementa cuando existen dermatitis atópica: "Esta patología es un factor de riesgo a la hora contraer un mollusco contagioso porque la piel pierde parte de su capacidad como barrera y las defensas son más bajas", explica a TodoDermo Marina Rodríguez, dermatóloga en el Hospital Quirón, en Tenerife. Además, "el uso de corticoides tópicos y de inhibidores de la calcineurina acentuarían esta situación", matiza Eduardo Lauzurica, dermatólogo en el Hospital 12 de octubre, en Madrid.

Esta enfermedad es una infección de origen vírico provocada por el virus poxvirus y, aunque, según Rodríguez, "existen dos subtipos", ambos producen el mismo tipo de lesiones. "Este virus se caracteriza porque su crecimiento se ve limitado a la epidermis y raramente afecta a mucosa", comenta Lauzurica. El principal síntoma "es la aparición de pápulas de color rojizo en los pliegues de la piel, los lugares más comunes son los huecos del brazo y detrás de las rodillas". Rodríguez señala que existen algunas diferencias si el niño padece dermatitis atópica: "En estos casos, las lesiones pueden aparecen en cualquier parte del cuerpo y, además, se caracterizan por un intenso picor y la aparición de eccemas".

VÍAS DE CONTAGIO

Ambos expertos recomiendan evitar el rascado para no extender la infección por el resto del cuerpo y el contagio a otros niños. De hecho, en edades infantiles éste es la principal vía de contagio porque "los niños no paran de tocarse", indica Rodríguez. La dermatóloga destaca que "la prevalencia aumenta en menores de 5 años y que disminuye a los 12, sin diferenciar entre sexos". Sin embargo, "en el caso de los adultos es completamente distinto ya que se considera una enfermedad de transmisión sexual (ETS)". En adultos, "en el 90 por ciento de los casos la vía de contagio son las relaciones sexuales y las lesiones se producen en los genitales".

Otras vías de transmisión en adultos son el contacto directo con los hijos y que estos estén infectados, compartir toallas y las máquinas de los gimnasios. Sobre la resistencia del virus, Lauzurica destaca: "Ha desarrollado un mecanismo eficiente de crecimiento en las células infectadas y se ha adaptado muy bien al huésped humano".

AUMENTAN LOS CASOS EN VERANO

Rodríguez explica que los casos repuntan en verano debido a la afluencia de piscinas donde los niños están más en contacto entre ellos y la piel está más expuesta. "Otros factores de riesgo son la humedad y el clima en verano", añade.

Ambos especialistas indican que la prevalencia es mayor en inmunodeprimidos como pacientes oncológicos o diabéticos.

Para su prevención, sobre todo en esta época, Rodríguez aconseja "una buena hidratación diaria, sobre todo en niños con piel atópica, para reestablecer la función protectora de la piel". En el caso de la dermatitis atópica, se recomienda "tener el eccema bajo control", añade.

La fotoprotección también es importante para evitar las quemaduras solares: "Estas lesiones debilitan la piel que queda más expuesta ante futuras infecciones", recuerda Rodríguez. Otra medida eficaz sería "cubrir las zonas afectadas para evitar el contacto directo piel con piel". Además, ambos expertos recomiendan "acudir al dermatólogo ante los primeros síntomas".

TRATAMIENTOS

Lauzurica y Rodríguez explican que existen diferentes formas de tratar el molusco en función de su gravedad y las características de cada paciente.

Así existen tratamiento tópicos que son "soluciones químicas que causan la quemadura del molusco". Algunas de ellas están compuestas a base de hidróxido potásico, ácido tricloroacético, peróxido de benzoilo, ácido retinoico, penol o cantaridina, entre otros.

Otra opción es el curetaje que "consiste en eliminarlos con una cucharilla afilada". Esta técnica "requiere anestesia y puede dejar cicatrices en la piel", señalan los expertos.

La crioterapia es "la aplicación de nitrógeno líquido en cada lesión y se puede repetir semanalmente si fuese necesario".

Para finalizar, la terapia fotodinámica es un tratamiento por el que "primero se limpia el molusco con acetona y, después de 12 a 24 horas, se aplica una fuente de luz durante 16 minutos".

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