El cambio climático podría aumentar los casos de dermatitis atópica y eccemas



"Con el cambio climático suben las temperaturas, aumenta la humedad, el nivel del mar. Todo esto afecta a la piel y, por ello, se estima un incremento de la dermatitis atópica, eccemas y otras afecciones dermatológicas", explica a TodoDermo Julián Conejo Mir, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, y presidente de Honor de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Estos efectos en la piel están previstos en 50 años, según los estudios presentados por el experto en la conferencia Piel y Cambio Climático, organizada por la AEDV y la Fundación Cajasol que tuvo lugar en Sevilla este jueves, 16 de junio.

Así, recuerda que el aumento de las radiaciones solares y su incidencia en el cáncer de piel es una consecuencia más del cambio climático e insiste: "La radiación cósmica, presente en las altas capas de las atmósfera, es menos conocida que la ultravioleta, pero también repercute en la salud de la piel". Este tipo de radiación no llega a la tierra -apunta -, aunque sí tiene impacto en las personas cuando viajan en avión.

De hecho, afirma que los pilotos y el personal de cabina "tienen una mayor prevalencia en diferentes tipos de cánceres, aunque la piel es el órgano más perjudicado por la radiación cósmica". A modo de ejemplo afirma que un vuelo transoceánico equivale a 100 radiografías, añade.

José Bernabéu, miembro de la AEDV, que también participó en el acto, señaló que los problemas derivados de la radiación cósmica aumentan porque la gente cada vez viaja más y mencionó cómo otros hábitos influyen en la piel: "Antes no estaba tan de moda hacer actividades al aire libre o ir de vacaciones a la playa". Además, Bernabéu señaló que la esperanza de vida se ha duplicado en España, lo que incrementa la acumulación solar y acelera el proceso de envejecimiento.

Sobre la relación entre el estilo de vida y sus consecuencias en la piel, Conejo Mir comenta a TodoDermo que el uso de los ordenadores y móviles por la noche influye de forma indirecta: "La luz azul de los dispositivos electrónicos inhibe la producción de melatonina, hormona implicada en la conciliación del sueño. Esto cambia los ritmos circadianos, repercute en la oxidación de las células y, por tanto, se envejece más".

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